Criadero
de mascotas
El
Rastreador 190 - Bº 1ro. de marzo
0388-155882195
0388-4256125
4600
- San Salvador de Jujuy
lasmadriguerasj@gmail.com
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Reproductores
Moon hembra
Color: blanco
Color: blanco
Sun macho
Color: siames
Color: siames
Primera camada
Tres hembras y dos machos
Color: aguti
Segunda camada
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Los jerbos alcanzan la madurez sexual entre los 60 y 85 días, es decir que a partir de entonces están listos para procrear. Antes de comprar una yunta de jerbos se debe ser consiente de que los jerbos tienen una tasa altísima de reproducción al igual que todos los roedores, una yunta de jerbos puede tener en un parto hasta 10 crías en una camada, aunque lo normal es que tengan 6 cada vez. Una yunta puede tener unas 10 camadas al año!!! Son potencialmente 60 crías al año más los de sus proles que estarán sexualmente activas pasados los dos meses de edad, si usted no tiene espacio para albergar mas cantidad de jerbos o no tiene donde ubicarlos es mejor que opte por tener jerbos de un solo sexo para evitar la reproducción.
Si usted no quiere tener más crías debe separar los machos de las hembras, caso contrario inevitablemente las hembras entraran en celo y los machos las embarazarán.
Si usted desea que sus jerbos tengan cría es preferible no poner a la hembra con un macho hasta cumplidos los tres meses de edad ya que si bien antes ella ya es fértil aún esta en la etapa de crecimiento y necesitará todas sus energías en este proceso.
Las hembras fértiles entran cíclicamente en celo cada 4 a 6 días y el macho que este con ella obedeciendo a sus instintos naturales la embarazará.
Fecha nacimiento: 15/8/14
Tres hembras y dos machos
Color: aguti y un macho siames
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Estimado/a: Ud. puede asociarse club de propietarios y/o CRIADORES de Jerbos del criadero de mascotas Las Madrigueras
La ventaja de pertenecer a este club radica en que constantemente podrá recibir asistencia técnica y consejos para el cuidado de sus mascotas y, si Ud. lo prefiere, nos ocuparemos de vender su producción.
Para ello debe usted llenar el formulario adjunto y enviarlo por correo electrónico a la siguiente dirección: las.madriguerasj@gmail.com
También podrá informarse visitando nuestro blog: www.lasmadriguerasj.blogspot.com.ar
Donde encontrará, entre otras cosas, un instructivo para el cuidado de sus jerbos.
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Datos personales
Apellidos y nombres:
Dirección (completa):
Teléfonos y celulares (especificar compañía)::
Coreo electrónico, Páginas web y redes sociales:
Datos de las mascotas
(Ejemplo)
Padre: Hembra blanca (Moon) , Macho siamés( Sun)
Cantidad y sexo:: 1 macho y 1 hembra
Colores:: Aguti
Edad:: 5 meses y 10 dias
Nombres: (si tienen):
Marcar con una X (según corresponda)
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· Deseo inscribirme en el club de criadores
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JERBOS, información de interés
Introducción
Los jerbos son mamíferos roedores de la misma
familia que los hámsteres. Los hay de muchos tipos en Asia, África y Europa
como los jerbos, jerbos de cola gruesa, jerbos orejudos, etc., pero la variedad
que nos ocupa es elmeriones unguiculatus, más conocido como jerbo de
Mongolia, aunque realmente procede de China.
Estos
jerbos son animales desérticos y en la naturaleza viven en túneles, donde se
protegen de las temperaturas extremas, aunque no hibernan. Se alimentan
básicamente de semillas, hierbas, raíces, etc., pero son omnívoros y no
desaprovechan cazar algún insecto si pueden. Son muy sociales y viven en
colonias normalmente compuestas por un macho, una hembra y sus crías jóvenes.
De
adultos, su tamaño está entre el de un ratón y el de una rata, teniendo un peso
entre los 50 y 120 gramos. Su cola es aproximadamente de la misma longitud que
su cuerpo y está provista de pelo.
Los
jerbos originales son de un color llamado “golden agoutí”, que es marrón con mechas
negras y rubias y con la panza color claro, pero a base de cruces durante
décadas, los criadores han conseguido más de 30 variedades de color distintas.
Fueron
llevados al campo de la investigación hace más de 50 años y superaron a ratas y
otros roedores en las pruebas de laboratorio gracias a su gran inteligencia. Su
docilidad y fácil cuidado llevaron a que algunos investigadores empezaran a
llevarse algunos ejemplares como mascotas y así empezó su vida como animal de
compañía.
Son animales amistosos con el ser
humano, no suelen morder si no se les maltrata o manipula incorrectamente, son
tremendamente rápidos y ágiles, pero sobre todo, lo que les caracteriza es su
gran curiosidad. Además, sus diferentes personalidades los hacen animales
fascinantes de observar.
Comportamiento
Están
activos tanto de día como de noche, alternando periodos de sueño y de
actividad. Construyen nidos para dormir y suelen hacerlo todos juntos, sobre
todo si hace frío. No conviene despertarlos cuando duermen para no irritarlos.
Además
de comer y dormir, pasan mucho tiempo jugando con cualquier objeto que les
ofrezcas, aunque en ocasiones se cansan una vez satisfecha su curiosidad.
Roer
es una de sus principales ocupaciones diarias ya que, como buenos roedores,
tienen dientes que les crecen toda la vida y deben desgastarlos para que no les
creen serios problemas al comer. Por tanto, una de sus maneras de explorar o
jugar con algo, es destruirlo con sus poderosos incisivos que pueden acabar con
la mayoría de complementos de las jaulas para roedores que venden
habitualmente, sobre todo si son de plástico. Pero lo que de verdad les fascina
son los rollos de cartón del papel higiénico y de cocina. Su pasatiempo
favorito es destruirlos, así que toda persona que tenga jerbos debería almacenar
todos los que pudiera para que ellos los disfruten.
También
dedican mucho tiempo a excavar, o al menos a intentarlo, pues en la naturaleza
construyen túneles como madrigueras, así que se pueden pasar mucho tiempo
arañando, lo que les ayuda también a desgastar las uñas. Si se les da la
oportunidad de hacerlo, es muy curioso ver cómo usan sus patas traseras para
propulsar hacia atrás el material excavado y cómo su cabeza hace las veces de
ariete para apartar todo lo que les molesta.
Son
muy limpios y, no sólo se acicalan ellos mismos, sino que se lo hacen también a
otros individuos de su clan. Además no suelen tener un olor muy fuerte, por lo
que no es necesario limpiar sus habitáculos muy a menudo. Pueden aguantar
perfectamente tres semanas o más sin que su jaula o pecera esté muy sucia.
Suelen
arrastrarse porque poseen una glándula odorífera en su panza que usan para
marcar con su olor todo el territorio, incluidos los otros individuos, todos
los objetos a su alcance y nosotros mismos si les ponemos la mano cerca. Es su
manera de reclamarlo todo para ellos. Este comportamiento es más intenso en los
machos.
Son
muy atléticos y no sólo por lo rápidos que son, sino por su grandísima
capacidad de salto, llegando a elevarse del suelo más de medio metro si se lo
proponen. También suele sorprender la facilidad con la que se ponen a dos
patas, en ocasiones totalmente erguidos. Además son muy buenos trepando, lo que
unido a su inteligencia los hace buenos “escapistas”.
También
hay que destacar que algunos son asustadizos, unos más que otros, y suelen
correr a esconderse o saltar de pronto hacia arriba porque se sobresaltan. No
tiene que ser necesariamente por ruidos fuertes, ya que muchas veces los hay y
no les prestan atención. Su manera de avisar a otros jerbos de lo que ellos
consideran un peligro potencial es tamborilear fuerte con sus patas traseras,
aunque ese ruido lo hacen también cuando se están cortejando para aparearse.
Tienen
buen oído y eso hace que gran parte de los ruidos que ellos hacen, los emitan
en frecuencias que nosotros no captamos pero a veces sí se les oye como si
piasen. Dependiendo del caso puede ser por miedo, para protestar por algo o
simplemente de gusto cuando los acicalan. También tienen buena vista y buen
olfato.
El
celo de las hembras merece mención aparte, pues les cambia totalmente el
comportamiento. Entran en un estado de desesperación grande para aparearse con
el macho que, una vez captada la provocación, se dedica a perseguir a la hembra
y montarla cada pocos segundos. De hecho, los jerbos tienen el record de
apareamientos por hora en el mundo animal. Las hembras tienen el celo
habitualmente cada cuatro días y les dura entre 12 y 24 horas.
Hay
que tener en cuenta que las hembras tienen el carácter habitualmente más fuerte
que los machos y que, si ven a otra hembra en celo, suelen intentar evitar que
esta se aparee para maximizar las probabilidades de supervivencia de su propia
descendencia hipotética. Esto puede llegar a provocar peleas en algunas
ocasiones y por ello no se recomienda en ningún caso ni tener grupos de adultos
de distintos sexos (exceptuando el caso de una pareja de macho y hembra, por
supuesto), ni grupos de hembras adultas de más de tres (aunque hay quien cree
que tres ya son muchas). Tampoco se deben tener grupos de machos de más de
cuatro, porque puede haber conflictos de dominancia igualmente. De igual
manera, nunca se deben mezclar jerbos con otros animales, incluso aunque sean
roedores.
Aún
así, los jerbos son animales sociales y si están solos están tristes. Solamente
en casos excepcionales, como jerbos de avanzada edad que se han quedado solos,
podría resultar inapropiado buscarles un compañero. Por eso, lo mejor es
tenerlos por parejas del mismo sexo, para que sean felices y evitar que críen.
Aún así, poner un compañero a un jerbo merece un capítulo aparte, ya que ni
mucho menos es sencillo. Es un proceso laborioso que sólo funciona en
determinadas circunstancias y que se llama “método de la jaula dividida”.
Explicaremos más adelante este método.
Además
hay que explicar que si un clan de jerbos se separa por más de 24 horas,
quedará ya divido y si queremos que vuelvan a estar juntos, habrá que estudiar
si se les puede aplicar el método de la jaula dividida o no, pero en ningún
caso hay que arriesgarse a ponerlos simplemente juntos.
No
es habitual que muerdan al ser humano, pero si se les molesta mucho o si olemos
a comida, probablemente recibamos un pequeño mordisco a modo de aviso o prueba,
que no nos llegará a perforar la piel. Si verdaderamente se sienten acorralados
sí que pueden reaccionar en defensa propia y apresarnos firmemente, en cuyo
caso deberemos soplarles fuerte a la cara para que nos suelten y limpiarnos la
herida si nos han hecho sangrar. No hay que preocuparse ya que los jerbos no
pueden contagiarnos ninguna enfermedad importante.
Hay que explicar también que los jerbos tienen un
método de escape de sus depredadores con el que hay que tener mucho cuidado. Si
se los sujeta por su rabo, ellos tiran fuerte y se desprenden de él para poder
huir y salvar la vida. Por eso, hay que tener en cuenta que bajo
ninguna circunstancia debe agarrarse un jerbo por la cola. Si se hace, lo
más normal es que la cola del animal quede amputada, de manera que parte o todo
el hueso quede al aire y días después, tras secarse, se les desprenda, quedando
así ya para toda la vida.
Alimentación y agua
Los
jerbos son omnívoros, pero eso no quiere decir que deban comer cualquier cosa.
Podemos dividir la comida que les resulta apropiada en varios tipos:
Comida
seca y piensos
Es
la base de su alimentación. Podemos comprar un pienso de calidad o podemos
simplemente fabricar nosotros mismos la mezcla. Hay quien incluso recurre a
herbolarios para mezclar todos los ingredientes básicos.
Podemos
tomar como base comida para hámster y le podemos añadir cereales como maíz, trigo, avena, cebada, arroz, etc. Por ejemplo
una mezcla tipo “muesli” que no contuviese azúcar, nos podría valer.
Las semillas y granos son importantes y se puede
añadir a lo anterior comida para loros, cotorras o periquitos, pero vigilando
que al final no haya un exceso de pipas de girasol o de calabaza, ya que les
engordan mucho
Aunque a ellos les encantan conviene
restringírselas, sobre todo si nuestros jerbos tienen sobrepeso. Además, los frutos
secos (crudos y sin sal) son también una de sus golosinas favoritas y por ello
no conviene dárselos en demasía. Sin embargo, ellos disfrutarán de nueces,
almendras, avellanas, piñones, etc. cuando se los ofrezcamos.
Comida
fresca
Los jerbos son menos susceptibles a la diarrea
que otros roedores, sin embargo no son inmunes y por ello, se les debe
acostumbrar a todas frutas y verduras poco a poco. Si el jerbo no está
acostumbrado a comer verdura y fruta fresca, ésta deberá introducirse siguiendo
la Regla de los 3 días
Es
fundamental que tomen este tipo de alimentación y se suele recomendar
administrársela día sí, día no como complemento a la comida seca. Hay quien
cree que esto hace que no necesiten beber agua, pero es un grave error.
Se
les puede dar: acelga, espinaca, escarola, endivia, brócoli, lechuga,
canónigos, berros, rúcula, pepino, apio, zanahoria, nabo, alfalfa, calabacín,
guisantes, lombarda, manzana, pera, melocotón, albaricoque, fresquilla, uva,
fresa, etc.
Insectos
y pequeños invertebrados
Se
les pueden dar de vez en cuando grillos y tenebrios, de los que venden en las
tiendas de animales y no hay que asustarse si alguna vez cazan una polilla,
hormiga o araña, pero pueden pasar perfectamente sin este tipo de dieta si el
pienso tiene la correcta cantidad de proteína.
Otros
Hay
alimentos que se les pueden dar de forma ocasional, como por ejemplo pan,
galleta, queso, yogur natural o algún lácteo (aunque hay muchas personas que
defienden que les hacen daño), patatas fritas y cosas similares, sin embargo no
debe hacerse por norma sino como mucho de manera excepcional.
También
pueden tomar algunos alimentos cocidos, como patata o arroz.
Al
ser animales desérticos los jerbos toman poca agua pero, aunque se les den de
comer frutas y verduras, es necesario que tengan agua en todo momento. Deben
disponer por tanto de bebedero y se les debe cambiar el agua cada pocos días.
Sexado
Conviene
saber diferenciar entre machos y hembras porque un error puede convertirse en
una larga prole de bocas que alimentar, así que vamos a dar las claves de cómo
hacerlo.
Un
macho adulto tiene los testículos bien visibles. Son dos enormes bultos que se
encuentran bajo la base de la cola y que parecen tener la forma de un cojín.
Por
si hay dudas, lo fundamental para diferenciar machos y hembras es ver la
distancia entre el ano y el pene o vagina. Si los genitales y ano están muy
pegados significa que es una hembra y si están más separados es que es un
macho. Sin embargo, cuando los jerbos no son adultos, diferenciarlos puede ser
difícil para los no iniciados.
Si
los jerbos son bebés sin pelo aún, a las hembras se les aprecian tres o cuatro
pares de mamas en la panza.
Cuidados básicos
Los
jerbos no son animales que necesiten especiales cuidados, sin embargo hay cosas
que conviene aclarar.
Su
temperatura debería estar entre los 18 y 28 grados centígrados y nunca habría
que dejarlos expuestos al aire libre ni a corrientes de aire. El que les dé un
poco el sol todos los días les viene bien para que absorban vitaminas y que el
calcio se les fije bien en los dientes, pero las altas temperaturas son
peligrosas, por lo que no debería hacerse en verano.
Jaula
Podemos
alojarlos en jaulas, peceras, terrarios, etc. y en cuanto al espacio que
necesitan pues hay quien dice que el mínimo es de 0.25 m² de superficie por
jerbo, pero sinceramente, mejor cuanto más espacio les demos. Sobre todo es
importante que pensemos que un acuario de muchos litros de capacidad no sirve
de mucho si la superficie en la que se pueden mover es pequeña. Por ello, si se
dispone de espacio, en sus habitáculos, se puede aprovechar la altura para
construirles más pisos o estructuras por las que puedan trepar. Para ello hay
que tener en cuenta que los pisos debe poder permitirles ponerse erguidos sobre
dos patas y por tanto deben tener una altura mínima de 15 centímetros.
Hay
personas que defienden el uso de acuarios frente a las jaulas, porque piensan
que están menos expuestos a corrientes de aire, que son más fáciles de limpiar
y sobre todo que no permiten salir fuera el sustrato que sin duda los jerbos
esparcirán por todo el habitáculo gracias a su instinto excavador. Para los que
decidan usarlos, hay todo tipo de accesorios para colgar como bebederos, ruedas
de ejercicios, etc.
Sobre
las jaulas, pues hay muchas que están diseñadas para roedores, pero lo que a
simple vista parece bien construido, en poco tiempo se puede revelar como poco
efectivo. Por ejemplo hay que pensar que las jaulas de un solo piso suelen ser
muy pequeñas y que las de varios pisos a menudo usan suelos de rejilla
diseñados para que toda la suciedad caiga hasta abajo, pero que son auténticas
trampas para las patas de cualquier pequeño roedor. Muchas fracturas y
amputaciones han producido esos suelos y, por supuesto, se deben cubrir con
materiales sólidos que les permitan pisar sin problemas.
Los jerbos muerden todo lo que sea de plástico
hasta destruirlo.
Si la jaula es de plástico o contiene muchos juguetes de ese material acabará
siendo destruida total o parcialmente por los poderosos incisivos de los
jerbos.
De
todas formas es muy fácil comprar una jaula grande, de loros u otros animales,
y reformarla por dentro para que se convierta en el hogar de nuestros jerbitos.
Construir unos pisos, comprar unas escaleras para pájaro o usar tubos de cartón
que sean muy fuertes para los accesos a las plantas, etc. Incluso de venden
“kits” para hacer esas transformaciones, aunque suelen ser de plástico por
desgracia.
Lo
que hay que vigilar en cuanto a las jaulas es que las rejas de las paredes no
estén muy separadas como para que la puedan meter la cabeza ni que sean
demasiado estrechas y se les pueda quedar alguna extremidad enganchada.
Respecto
de cómo limpiar la jaula lo mejor es agua y un poquito de jabón junto a un
cepillo de dientes viejo que son perfectos para manejarse entre los barrotes.
Sustrato
El
sustrato para usar con nuestros pequeños amigos es otra causa de discordia, ya
que se venden muchos preparados de viruta de madera para roedores, lo cual es
inexplicable, ya que ellos tienen desarrolladas alergias a varios tipos de
maderas, sobre todo pino y cedro, y peor aún si están tratadas. Si queremos que
nuestros jerbos estén saludables, deberemos evitar que en sus jaulas haya
elementos de madera sospechosos.
Lo
mejor y más barato es usar sólo papel higiénico. A ellos les encanta y se pasan
buenos ratos destrozándolo para acomodárselo a su gusto y armarse un buen nido.
El papel de periódico es mejor no usarlo porque la tinta de los diarios es
tóxica.
No
se debe usar tampoco algodón ni telas, pues las deshilacharán y cortarán, y eso
es muy peligroso porque los hilos son suficientemente fuertes como para cortar
bocas, dedos e incluso extremidades en animales tan pequeños.
Hay
otro tipo de sustrato que es muy bueno y hasta se lo pueden comer sin problema,
que es el fabricado con mazorcas de maíz molidas o machacadas, también conocido
en Sudamérica como marlo de choclo. En España hay marcas que lo comercializan,
sin embargo volvemos al problema del instinto excavador si tenemos jaulas, ya
que nos lo pueden esparcir por todas partes.
Ejercicio
Otro
tema del que hay que hablar es del ejercicio que hacen nuestros jerbos.
Para que estén saludables, lo mejor es que
puedan disfrutar de paseos fuera de jaula y en entornos controlados aunque
hay mucha gente que no los saca nunca.
Sin
embargo, para poder sacar a los jerbos a jugar, deberá ser siempre bajo
supervisión nuestra y en lugares a prueba de jerbos, es decir, sin cables que
roer, donde no puedan destrozar nada importante con sus dientes y por supuesto
con muchísimo cuidado de no pisarlos, de que puedan escapar o de que alguna de
nuestras otras mascotas se los encuentre. Se puede hacer en suelos de cuartos de
baño (bajando las tapas de inodoro, que saltan mucho y ya ha habido algún
ahogamiento), encima de una cama, sobre una mesa no muy alta (poniendo cojines
o almohadas en el suelo para que si se caen no se lastimen), etc. Hay que
aclarar que esas bolas donde se introduce el roedor dentro y se le suelta por
la casa, les resultan bastante estresantes en general y sobre todo, les deja
agotados y habría que tener cuidado con ellas.
Si
los sacamos a jugar, ellos disfrutarán mucho curioseándolo todo y es fácil de limpiar
lo que puedan ensuciar. Incluso si su alojamiento es una jaula, lo que se puede
hacer es sacar la jaula entera a su lugar de juego y simplemente abrirles la
puerta. Ellos solos entraran en ella de nuevo para dormir cuando les apetezca,
porque efectivamente suelen reconocer eso como su casa.
Para
capturarlos, si es necesario, lo mejor es usar un tubo medianamente largo
porque los jerbos sienten fascinación por ellos y acabarán entrando dentro. Es
mucho mejor que andar persiguiéndolos por todos lados y acabar sujetándolos de
mala manera.
Rueda de Ejercicio
Es
conveniente proporcionar a nuestros jerbos una rueda de ejercicio. A algunos no
parecen gustarles mucho, pero otros las disfrutan realmente. Eso sí, hay ruedas
y ruedas. Las de plástico suelen durar lo que tardan en encontrar su punto
débil y roerlo, por ello conviene que sean metálicas.
El
tamaño de la rueda les debe poder permitir ponerse estirados en ella y por
tanto no les valen las que venden para hámster enanos. Una rueda de entre 20 y
30 centímetros de diámetro es adecuada.
Hay
que tener mucho cuidado con las colas y extremidades porque, si la rueda no
cumple con unos requisitos mínimos de seguridad, puede haber amputaciones. Lo
ideal es que el suelo de la rueda sea sólido (sin rejilla) y que la rueda no
tenga radios. Si nuestro juguete no lo cumple, es muy fácil cubrir todo con
cartones, cinta de embalar, etc.
Desgaste de los Dientes
Para
desgastar los dientes, los cartones son ideales y también vienen bien esas
piedras de minerales y calcio que se venden en las tiendas. De todas formas no
nos sorprendamos de verlos morder los barrotes de la jaula, bien sea por
necesidad de roer o para pedirnos que los volvamos a sacar a jugar. Las piedras
de minerales son peligrosas si las consumen demasiado rápido, en estos casos es
mejor retirarlas.
También
se le pueden proporcionar ramas de árboles libres de pesticidas o maderas de
pino sin tratar.
Juntando jerbos.
Método
de la jaula/pecera dividida
La
cuestión cómo hacer para juntar jerbos es importante, ya que muchas veces
tenemos un jerbo solo porque sus compañeros murieron, porque fue necesario
separarlo de ellos o simplemente nos hemos dado cuenta de que teníamos un único
jerbo y estaría mejor en compañía. También está el caso de que dos compañeros
hayan sido separados durante más de 24 horas. En este caso, ellos consideran
que su grupo se separó y deben pasar también por el proceso para volver a vivir
juntos.
Hay
que tener en cuenta que los jerbos son muy territoriales y que atacarán a
cualquier intruso que entre en su territorio sin ser debidamente presentado.
Esa presentación debe hacerse con un método laborioso, llamado de la pecera
dividida que no tiene garantías de éxito. Sólo hay una excepción en la que se
puede obviar el método, pero en ningún caso está de más realizarlo. Implementar
el método en jaulas es análogo, aunque puede ser más difícil dependiendo del
tipo de jaula.
Antes
de empezar hay que decir que este método sólo es efectivo cuando intentamos
juntar dos jerbos solitarios y no vale para grupos. O sea, que si lo que
pretendemos es juntar un jerbo con un grupo, no nos vale. De hecho es que no
hay método efectivo para conseguir juntar grupos de jerbos, aunque ya
hablaremos más tarde de un caso excepcional.
Como
su nombre indica, el método de la pecera dividida consiste el dividir una
pecera en dos partes, usando algún tipo de separador que impida que las dos
mitades se comuniquen, pero que a la vez permita que los jerbos que se situarán
en cada lado, se vean y se huelan. Por ejemplo, nos vale construir un separador
con una malla metálica, pero hay que asegurarse de que va a aguantar los
envites de los jerbos para que no haya problemas.
Una
vez separado el habitáculo en dos, se retiran todos los juguetes para que no
los distraigan y se pone un jerbo a cada lado. Él método consiste en dejar que
se conozcan durante al menos dos semanas, periodo en el que deberemos
cambiarlos de lado cada varias horas. De esta manera los jerbos estarán en
contacto, pero sin poderse agredir hasta que veamos que están tranquilos como
para poder intentar dejarlos juntos.
La
idea es que se habitúen al olor del otro y que no consideren invadido su
territorio. A la hora de retirar la división, conviene proveerse de unos
guantes para poder separarlos si se pelean (se hacen una bola y se muerden el
uno al otro). Si la pelea se da, hay que volver al método por al menos otra
semana, antes de volver a intentarlo. De todas formas, hay que vigilarlos muy
atentamente durante las siguientes horas y observar su comportamiento durante
varios días.
Aparte
de ver que ellos están tranquilos y no se agreden, la señal de que todo va bien
es que se vayan a dormir los dos juntos.
Hay
cosas que pueden ayudar, como por ejemplo que el proceso se desarrolle en algún
lugar tranquilo y donde no haya más jerbos. También puede ser bueno que cuando
les juntemos definitivamente, lo hagamos en un lugar nuevo, que ellos no
conozcan y no puedan reclamar como suyo. Aprovechando que ellos siempre tienden
a marcar todo el territorio con su glándula odorífera, su orina y sus heces,
también podemos sacar partido de eso si restregamos a los jerbos por los
“olores” del otro para que así se acepten mejor.
De todas formas, el método de la jaula
dividida es más o menos difícil dependiendo del sexo de los jerbos y de sus
edades. Cuanto más mayores son los jerbos, más difícil es juntarlos y
también suele ocurrir que las jerbas sean bastante más problemáticas que los
machos.
De
esta manera podremos decir que, por lo general, juntar dos hembras adultas es
tarea muy complicada, mientras que juntar un macho y una hembra suele ser lo
más fácil (con uno de los dos castrado).
Juntar
adultos con jerbos de menos de 2 meses
Antes
hemos hablado de que había una excepción respecto a la aplicación del método y
es que si los jerbos no son adultos, no tienen olor propio y no suelen parecer
una amenaza a los jerbos que sí lo son.
Así,
los jerbos menos de dos meses presentan una gran facilidad para ser juntados
con otros individuos y suele ser tan sencillo que es normal que no sólo se pueda
prescindir del método de la jaula dividida (aunque se aconseja hacerlo un par
de días o más), sino que se puedan llegar a juntar grupos de menores de dos
meses con otro individuo o grupo ya formado.
Hay
que decir que muchos expertos prohíben no sólo juntar un grupo de no adultos
con uno de adultos, sino que incluso desaconsejan el que se haga con una sola
hembra adulta puesto que muchas veces las hembras tienden a atacar a los bebés
de otras camadas.
En
el caso de los machos ocurre lo contrario, ya que suelen ser muy protectores
con los pequeños.
Lo
que sí está claro es que en ningún caso se puede prescindir es de una estricta
supervisión sobre todo el proceso.
Longevidad
Los
jerbos son animales poco conocidos, y por ello entran en la categoría de exóticos.
Eso hace que muchas veces se hable de ellos desde el desconocimiento y se digan
cosas inciertas. La longevidad de los jerbos es un ejemplo de eso, ya que se
suele defender que un jerbo dura entre 3 y 5 años, sin aclarar nada más.
Lo
cierto es que un jerbo que tenga salud de hierro efectivamente podría llegar a
los 5 años, pero es altamente improbable y sería algo así como decir que una
persona llegue a 100. De hecho, si el animal llega a cumplir los 4 será un gran
éxito.
Habría
que aclarar que un jerbo es viejo a los 3 años, aunque hay incluso personas que
defienden que lo son a los 2 años y 9 meses y lo normal es que los jerbos que
lleguen a la vejez, mueran entre los 3 y los 4 años.
Los
jerbos que nosotros conocemos como mascotas, son producto de la cría en
cautividad durante décadas y además se han forzado cruces que han debilitado su
genética, bien para conseguir nuevos colores, bien para obtener taras y
enfermedades que poder estudiar en laboratorios.
El
resultado es que probablemente los jerbos originales capturados de la
naturaleza, bien podrían haber unido unos buenos genes a la alimentación y
seguridad que les da la cautividad para proyectar su longevidad hasta los 5
años, pero 50 años después, para sus descendientes eso resulta casi una utopía.
Salud
Lo
primero que hay que decir es que debemos ser responsables con nuestras
mascotas. Si acogemos un animal en nuestra familia, adquirimos unas
responsabilidades básicas con él, entre las que se encuentran alimentarlo,
alojarlo adecuadamente y cuidar de su salud. Por ello, tenemos que recomendar
que sea cual sea la especie animal de nuestra mascota, hagamos lo posible por
tener localizado un veterinario que lo pueda atender en caso de enfermedad o
lesión.
Si nuestro jerbo tiene algún problema de salud se
le debe llevar cuanto antes a un veterinario especialista en animales
exóticos. Para localizar un veterinario de exóticos próximo a tu lugar de
residencia consulta el listado de veterinarios de exóticos
Lo
que sí que tenemos que recomendar es buscar una clínica que esté lo más cerca
posible de nuestros domicilios, ya que cuando un jerbo está enfermo, cualquier
cosa que le estrese le hará empeorar rápidamente y el traslado hasta un lugar
lejano para que lo traten puede ser incluso peligroso.
Una
vez dicho esto, hay que decir que lo más importante para mantener a nuestros
jerbos saludables es la prevención, ya que aunque un jerbo esté enfermo, muchas
veces no nos daremos cuenta hasta que sea ya demasiado tarde y poco se pueda
hacer por él. Por ello, debemos observar el comportamiento de nuestros jerbos
al menos una vez al día y realizar periódicamente un chequeo básico de su
salud.
Dicho
chequeo básico debe vigilar que no se den los siguientes signos de enfermedad:
·
Pelo
lacio, sucio y desaliñado.
A veces un jerbo se despeina, pero si no se limpia y cuida el pelaje en un
signo claro de enfermedad.
·
Exceso
de porfirinas en
ojos y nariz. Las porfirinas son generadas normalmente por los jerbos y son
sustancias rojizas que se suelen confundir con sangre. Si el jerbo pasa
temporadas segregando un exceso de porfirinas (cromodiacorrea) puede ser por
otra enfermedad asociada.
·
Letargo. Si un jerbo está muy aletargado,
también es signo de que las cosas no van bien. Por supuesto, los jerbos pasan
mucho tiempo durmiendo y más cuando se van haciendo mayores, pero a lo que nos
referimos es a cuando un jerbo se mueve poco y está con pocas fuerzas.
·
Temperatura. También hay que ver que su
temperatura sea normal, ya que un jerbo enfermo pierde calor con rapidez. Su
temperatura habitual son los 38 grados centígrados, pero puede llegar a los 30
o menos si nos descuidamos.
·
Dientes
y uñas muy largos.
Un jerbo con los dientes excesivamente largos puede morir de hambre al no poder
comer y por eso hay que vigilarlos bien.
Las uñas pueden crecer mucho, aunque no es habitual. Podemos vigilar que no les impidan andar correctamente.
Las uñas pueden crecer mucho, aunque no es habitual. Podemos vigilar que no les impidan andar correctamente.
·
Pérdida
de peso. Una pérdida de peso repentina es
una indicación clara de problemas, bien en los dientes, bien por otro tipo de
enfermedad. Si un jerbo no come o come poco, sus reservas se merman a gran
velocidad, pues su metabolismo es muy acelerado.
·
Respiración
muy pesada y agitada.
Los jerbos respiran deprisa, pero si notamos que les cuesta respirar es mala
señal. Puede ocurrirles eso en momentos de estrés, pero si se convierte en
habitual no es normal. Al llegar a viejos, es normal que su respiración sea
cada vez más difícil.
·
Ruido
al respirar.
También es signo de enfermedad cardio-respiratoria si hacen ruido al respirar.
A veces es como un “clic”, pero otras veces es más fuerte. Si ocurre eso y no
lo tratamos, nuestro jerbo puede morir por la infección. Podemos acercarnos el
jerbo al oído para comprobar su respiración.
·
Come
y bebe poco.
Hay que vigilar que nuestros jerbos coman porque si no lo hacen es que hay
problemas graves. Habría que probar a darles sus golosinas favoritas y debemos
preocuparnos si no las comen. Es difícil de comprobar si beben o no porque lo
hacen en poca cantidad, pero si se observa que el animal está deshidratado
habría que obligarle a tomar agua o darle una papilla con una jeringuilla.
·
Heridas. Si se observan heridas habría que
curarlas con yodo diluido en agua (1/10). Es importante que observemos su
comportamiento por si las heridas son consecuencia de peleas. Si fuese
necesario habría que separar a los jerbos para evitar males mayores. Las
heridas por peleas suelen estar en el cuello y en la cola.
·
Bultos
y verrugas.
Los jerbos tienen tendencia a los tumores y verrugas, sobre todo en la glándula
odorífera de su panza, pero también pueden aparecer en cara, oídos y otros
lugares. En el caso de encontrarlos habría que vigilar su crecimiento y
consultar con un veterinario.
·
Mal
olor en la jaula.
Puede ser que simplemente necesitemos limpiársela, pero a veces es señal de que
tienen diarrea y se pueden deshidratar.
·
Problemas
de equilibrio.
Si tienen problemas de pérdida de equilibrio puede ser por una infección en el
oído interno, un tumor cerebral o infartos cerebrales.
En
resumen, habría que observar el comportamiento de nuestros jerbos al menos una
vez al día y comprobar que se mueven bien. De vez en cuando también debemos
acercárnoslos al oído para comprobar su respiración, comprobar el olor de su
jaula o pecera, examinar su glándula odorífera, su nariz, sus oídos, sus
dientes, su pelo, su cola y sus órganos sexuales.
Enfermedades
Por
último, vamos a enumerar una lista de enfermedades que nos podríamos encontrar
en nuestros jerbos.
·
Problemas
respiratorios e insuficiencias cardíacas: infecciones por virus o bacterias
(neumonías, etc.), alergias, etc. y/o problemas de corazón.
·
Tumores.
·
Colas
amputadas total o parcialmente.
·
Infartos
cerebrales. Habitualmente producen parálisis.
·
Ataques
o epilepsia. Los puede producir el estrés y habría que dejar al jerbo en la
oscuridad, tranquilo y sin ruidos hasta que se le pasen
·
Nariz
u oídos con exceso de mucosidad (porfirinas). Se llama cromodiacorrea y por sí
sola no suele ser un problema, sino un síntoma de algo más grave.
·
Parásitos
externos. Si tienen ácaros u otros parásitos lo confirmaremos pasándoles por el
pelo una toallita de papel o envolviéndolos en ella un rato. Si en el papel
vemos parásitos, limpiaremos bien toda su jaula y nos pondremos en manos del
veterinario.
·
Diarrea.
Habría que hidratar al jerbo y reducir su ingesta de vegetales. Si no mejora en
24 horas, habría que ir al veterinario, ya que puede ser por una enfermedad más
grave como la de Tyzzer, que es mortal para los roedores.
·
Dientes
demasiados largos.
·
Golpes
de calor.
·
Problemas
en el oído interno. Tumores, infecciones e infartos cerebrales producen pérdida
de equilibrio.
·
Fracturas
de huesos. Si la fractura no es grave se curará sola en poco tiempo, pero si
no, podría ser necesaria una amputación.
·
Cataratas.
Reproducción
No
se va a recomendar en ningún caso desde estas líneas el criar jerbos ni ningún
otro animal doméstico. Lamentablemente hay demasiados abandonos y precisamente
el control de la natalidad es una necesidad por el bien de tantos y tantos
animales que esperan ser rescatados en perreras y asociaciones de animales y
otros muchos que mueren o simplemente pasan su vida mendigando en la calle. Por
todo ello, la recomendación para los no iniciados es no criar sino adoptar. Por
muy bonita que sea la experiencia de verlos crecer, tan buena o mejor es la de
rescatar otros animales necesitados.
La
opción clara por tanto es mantener a estos animales sociales en grupos del
mismo sexo, pero también podemos mantener parejas de macho y hembra si alguno
de los dos está esterilizado. Está claro que una castración es muy cara (más en
hembras que en machos), pero también son claras sus ventajas, ya que el estado
natural del jerbo es en pareja y evitaremos así la cría sin control. Además hay
beneficios en la salud de nuestros animales, como por ejemplo evitar los tan
recurrentes tumores de ovarios en las jerbas. Sin embargo hay que advertir que
no todos los veterinarios se atreven a esterilizar jerbos y que hay muchos
riesgos en operar un animal tan pequeño, ya que no se les pueden hacer pruebas
previas para ver su estado de salud. En machos, la operación de esterilización
parece a priori más sencilla.
Dicho
esto, hay que hablar del tema de los embarazos porque muchas veces nos llegan
hembras ya embarazadas o se da un error de sexado y simplemente ocurren.
El embarazo de una jerba dura 24 días más o menos y de él pueden
salir camadas de entre 2 y 10 jerbos perfectamente, aunque no
suelen pasar de 7. Las camadas de pocos individuos corren el riesgo de fracasar
porque no estimulan lo suficiente a la madre para dar leche, pero si se da el
caso o si la madre muere, se les puede intentar alimentar a mano cada dos o
tres horas usando leche para cachorros de gato y un cuentagotas o una
jeringuilla.
Las
madres primerizas suelen tener más problemas para sacar adelante a su prole, y
se maximizan sus posibilidades si tienen la ayuda de otros jerbos, pero hay que
tener cuidado, ya que una hembra adulta podría matar a la descendencia de otra
y un macho adulto dejaría embarazada de nuevo a la madre en cuestión de pocas
horas tras el parto. Una hembra joven, por ejemplo, sería perfecta.
Debemos tener en cuenta que, si no separan machos
y hembras, nada más parir una jerba puede volver a quedarse preñada.
Si una jerba queda embarazada mientras alimenta a otra camada, la implantación
de los embriones normalmente se retrasará, de manera que el parto puede ser
hasta los 40 días tras el apareamiento, en lugar de los 24 habituales.
Las crías nacen sordas, ciegas y sin pelo y
casi duplican su tamaño día a día, pero no deben ser manipuladas por nosotros
hasta los 10 días, para evitar que les dejemos un olor extraño y sean
rechazadas o atacadas por la madre. Poco a poco les saldrá pelo, se les
formarán ojos y orejas y corretearán por todos lados. Después abrirán los ojos
y a las 3 semanas empezarán a probar agua y comida, aunque seguirán mamando
hasta las 4 semanas más o menos. Hay quien dice que están listos para separarse
de la madre en cuanto dejan de mamar, pero no es bueno hacer eso, ya que aunque
pueden vivir ellos solos, es mejor que aprendan lo necesario de sus padres
hasta las 6 semanas. Eso les ayudará en su vida adulta.
Conviene
separar la camada en machos y hembras antes de que cumplan 10 semanas.
Evitaremos así una explosión de natalidad sin control a medio plazo, ya que las
hembras pronto entrarán en celo, aunque normalmente no procrearán hasta unos
meses después. Aún así, no podemos permitir que se repita el caso de tres o
cuatro años atrás en el Reino Unido, donde se llegaron a encontrar 550 jerbos
totalmente desatendidos en un pequeño bungalow de unos pocos metros cuadrados.
Guía de Reproducción
Los jerbos alcanzan la madurez sexual entre los 60 y 85 días, es decir que a partir de entonces están listos para procrear. Antes de comprar una yunta de jerbos se debe ser consiente de que los jerbos tienen una tasa altísima de reproducción al igual que todos los roedores, una yunta de jerbos puede tener en un parto hasta 10 crías en una camada, aunque lo normal es que tengan 6 cada vez. Una yunta puede tener unas 10 camadas al año!!! Son potencialmente 60 crías al año más los de sus proles que estarán sexualmente activas pasados los dos meses de edad, si usted no tiene espacio para albergar mas cantidad de jerbos o no tiene donde ubicarlos es mejor que opte por tener jerbos de un solo sexo para evitar la reproducción.
Si usted no quiere tener más crías debe separar los machos de las hembras, caso contrario inevitablemente las hembras entraran en celo y los machos las embarazarán.
Si usted desea que sus jerbos tengan cría es preferible no poner a la hembra con un macho hasta cumplidos los tres meses de edad ya que si bien antes ella ya es fértil aún esta en la etapa de crecimiento y necesitará todas sus energías en este proceso.
Las hembras fértiles entran cíclicamente en celo cada 4 a 6 días y el macho que este con ella obedeciendo a sus instintos naturales la embarazará.
El rito
de apareamiento es muy sencillo, cuando la hembra esta alzada l macho olfateará
repetidas veces el sexo de la hembra y la perseguirá en círculos repetidas
veces. Como parte del cortejo el parado en dos patas golpeará sucesivamente el
piso con una de sus patas generando un tamborilleo característico.
El horario más frecuente para el apareo es por la tarde y puede extenderse hasta la madrugada.
El horario más frecuente para el apareo es por la tarde y puede extenderse hasta la madrugada.
Los
jerbos son mamíferos y como tales el macho tomará a la hembra por detrás y la
montará. El coito dura solo unos segundos y a continuación se iniciará una vez
más la persecución y una nueva monta. El macho necesita penetrar a la hembra al
menos unas 10 veces para llegar a eyacular.
El macho
después de cada relación se lamerá y lavará su órgano sexual mientras que la
hembra solo lo hará cuando el macho efectivamente haya eyaculado lo que dará un
claro indicio de que ella puede ya estar fecundada.
Este
rito sexual puede durar horas con intervalos de descanso, se observa casi como
una lucha constante incluso puede observarse a la hembra tratar de dar patadas
en los testículos del macho cuando este la monta pero de la misma forma y simultáneamente
se la suele ver cuando el macho se tiende a descansar provocándolo y buscándolo
para continuar con el rito del sexo.
Cuando
la hembra esta embarazada es aconsejable subir el porcentaje de proteínas en la
alimentación al igual que durante la lactancia para mantener fuerte a la hembra
y en perfectas condiciones para enfrentar todo este proceso.
El embarazo dura 24 a 26 días normalmente, es importante tener en cuenta esta fecha y preferentemente limpiar la pecera y cambiar la viruta para no molestar luego a los jerbos cuando estén con su cría.
El embarazo dura 24 a 26 días normalmente, es importante tener en cuenta esta fecha y preferentemente limpiar la pecera y cambiar la viruta para no molestar luego a los jerbos cuando estén con su cría.
No hace
falta separar al macho de la hembra ya que los jerbos son excelentísimos
padres, el macho asistirá a la hembra en el parto, cortará el cordón umbilical,
se comerá los restos de placenta y lavará tanto la vagina de la hembra como a
los cachorros.